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Cuaderno del Duelo de ileave con hojas otoñales y luz cálida, símbolo de sanación emocional

El Cuaderno del Duelo de ileave: Escribir para Sanar

Diferenciar entre Duelo y Depresión: claves para comprender ambas experiencias.

«Descubre el Cuaderno del Duelo de ileave y comienza tu proceso de sanación emocional a través de la escritura»

El duelo y la depresión son experiencias emocionales intensas que pueden compartir síntomas similares, como alteraciones del sueño, trastorno del apetito e intensa tristeza. Sin embargo, es fundamental diferenciarlos dado que sus trayectorias y necesidades son distintas. Para quienes están en la tercera edad o acompañan a alguien que está enfrentando la vejez es especialmente relevante saber cómo detectar uno u otro proceso.

A continuación, te comparto las principales diferencias entre el duelo y la depresión:

Causa:

  • El duelo es una respuesta específica a una pérdida concreta, como la muerte de un ser querido, la pérdida de salud o incluso a cambios como la jubilación. Además, el duelo está profundamente vinculado con el amor y el apego.
  • La depresión puede surgir sin un desencadenante claro o tras un cúmulo de factores biológicos, psicológicos y sociales. En la tercera edad puede provocarse por aislamiento, enfermedades crónicas o acumulación de pérdidas.

Duración y trayectoria:

  • Si bien el duelo no se “supera” (ya que es un proceso y se aprende a convivir con el), la persona va sanando y dejando atrás los síntomas característicos de las primeras etapas. Un duelo mal procesado puede transformarse en depresión.
  • La depresión puede cronificarse si no se trata, afectando gravemente a la calidad de vida. A diferencia del duelo, la depresión no se cura con el mero paso del tiempo; para una persona que está en duelo el tiempo le ayuda (aunque debe hacer algo durante ese tiempo en pro de su bienestar) porque empieza a acostumbrarse a su nueva vida. Sin embargo, el paso del tiempo en la depresión no suele ayudar en absoluto.

 

  • Consejo práctico: mantén un diario de tus emociones, sensaciones y pensamientos. Esto puede ayudarte a identificar si estás avanzando en tu proceso, a no mirar a otro lado e ir concretando qué vas necesitando para encontrarte mejor. En ileave hemos creado un Cuaderno de Duelo que te acompañará en caso de estar transitando una pérdida por fallecimiento.

 

Foco de los pensamientos:

  • En el duelo, el dolor suele estar centrado en la pérdida y en los cambios consecuentes de la misma. Incluso, a pesar de que el dolor sea profundo, hay momentos de alivio y de gratitud al recordar.
  • En la depresión, los pensamientos son más variados (repasar eventos pasados, replantearse el sentido de la vida…) y suelen estar marcados por un tono de desesperanza, visión negativa del mundo y mucha autocrítica. Es común rumiar constantemente sobre errores o fracasos personales.

Autoestima y culpa:

  • Normalmente la persona que está transitando el duelo no tiene problemas graves de autoestima. Puede que sienta culpa sobre todo en las primeras etapas repasando cómo se comportó con la persona fallecida: “¿pude haber hecho más?” “¿realmente le llegué a expresar todo lo que le quería?, “¿y si le hubiese llevado antes al médico?”…
  • En la depresión, la persona ve afectada su autoestima a niveles significativos y mantiene una sensación de culpabilidad general.

 

Cómo acompañar si un ser querido está pasando por un duelo o por una depresión:

  • En el duelo:
  1. Escucha sin interrumpir ni tratar de arreglar el dolor de esa persona. Quizá solo necesite sentirse libre de hablar sin tapujos de su malestar y anhelo.
  2. Anima a la persona a honrar a su ser querido con pequeños rituales.
  3. No le metas prisa, recuerda que los tiempos del duelo son personales y que no todos procesamos al mismo ritmo. Puedes sugerirle acompañamiento profesional.

 

  • Depresión:
  1. Sé un puente hacia la ayuda profesional. Si notas que la persona está atrapada en una espiral de autocrítica o desesperanza, sugiere buscar apoyo de profesionales de la salud mental.
  2. Haz notar que la persona no está sola, que ves su sufrimiento y que te importa de verdad.
  3. Evita frases que le hagan sentir débil o inferior por sentirse así: “venga, ¡anímate! Ya llevas así mucho tiempo!”.

 

En definitiva, el duelo y la depresión pueden sentirse similares pero tienen caminos diferentes. Lo que tienen claramente en común es que ambas experiencias merecen comprensión y compasión. Si tú o un ser querido está pasando por esto, recuerda que pedir ayuda no es un signo de debilidad, egoísmo o cobardía. Todo lo contrario. Admitir lo dura que está siendo nuestra realidad y buscar solucionarlo es un acto de amor propio y de absoluta valentía. El dolor, al igual que el amor, es humano. Y abrazar ambos con paciencia nos conecta con nuestra auténtica esencia.

Haz clic aquí para descargar el Cuaderno del Duelo

Natalia Balaguer (Psicologa)

 

 

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