Tu herencia va más allá de lo material: testamento patrimonial y testamento social
Tu herencia va más allá de lo material: así puedes dejarlo todo dicho
Hay un instante —a veces breve, a veces largamente meditado— en el que uno se pregunta:
“Cuando ya no esté… ¿qué quedará de mí?”
Y la respuesta rara vez se limita a una casa, una cuenta bancaria o unas joyas.
Lo que de verdad pesa no tiene precio: son las palabras que nunca dijimos, las explicaciones que evitarían un silencio incómodo, los gestos que sostendrían a quien se queda.
El testamento, tal como lo entiende la ley, es un documento jurídico, frío y preciso.
Pero tu verdadera herencia… la que late en la memoria de los tuyos… no cabe solo en un papel con sello notarial.
En ileave creemos que tu legado tiene dos dimensiones inseparables:
una que protege tus bienes y otra que protege tu voz.
Testamento patrimonial y testamento social: dos caras de una misma historia
El testamento patrimonial es el que todos conocen.
El que fija quién recibe qué.
El que se firma ante notario, se inscribe en registros y se abre cuando ya no estés.
Es claro, seguro, respaldado por la ley.
Responde a la pregunta: “¿Qué dejo?”
El testamento social es distinto.
No figura en el Registro de Últimas Voluntades, pero sí en la memoria y el corazón de quienes te quieren.
No reparte bienes… reparte afectos.
No dice qué se hereda, sino por qué lo decides así.
Aquí caben tus palabras, tus gestos, tus mensajes de despedida, tus consejos para el futuro.
Ese susurro que alguien escuchará en el momento más preciso, y que puede cambiar el modo en que viva tu ausencia.
En ileave damos forma y sentido a ese testamento social, lo guardamos de forma segura y lo entregamos, en el instante justo, a las personas que tú elijas.
Los testamentos que reconoce la ley (y cómo se cruzan con ileave)
En España, el testamento patrimonial puede adoptar distintas formas:
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Abierto: ante notario, seguro, registrado.
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Cerrado: escrito por ti, sellado y entregado al notario, que lo abrirá solo cuando ya no estés.
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Olografo: escrito a mano, con fecha y firma, guardado hasta que alguien lo presente para validarlo.
Todos tienen formalidades y fuerza jurídica, pero ninguno puede hacerse “oficial” únicamente en formato digital.
Aun así, todos pueden encontrar en ileave un aliado: un espacio donde preparar tu testamento, guardar una copia, indicar dónde está el original… y añadir el complemento que la ley no contempla: tu testamento social.
Si eliges un testamento ológrafo… así te acompaña ileave
Imagina que redactas en ileave lo que quieres decir.
Que lo revisas, lo ajustas, y cuando está perfecto, lo copias a mano, con fecha y firma.
Que ese original lo guardas en un lugar seguro, pero subes a ileave una copia escaneada y anotas exactamente dónde está.
Que nombras a tu confidente, para que llegado el momento sepa actuar.
Así conviertes la intimidad de un manuscrito en la seguridad de que nunca se perderá.
La verdadera combinación ganadora
Un testamento patrimonial resuelve lo que la ley exige: cómo se reparten tus bienes.
Un testamento social resuelve lo que tu corazón desea: cómo quieres que te recuerden y comprendan.
En ileave no sustituimos a tu notario.
Lo complementamos.
Ponemos voz y contexto a tu legado, para que tus herederos reciban no solo lo que les corresponde, sino también las palabras que necesitan escuchar.
Porque a veces, la mayor calma no la da un número en un documento, sino escuchar:
“No te preocupes. Todo está bien. Esto es exactamente lo que yo quería.”
🔗 Hoy es un buen día para empezar.
Prepara tu testamento patrimonial… y acompáñalo de tu testamento social.
En ileave te damos el espacio para hacerlo fácil, seguro y profundamente humano.
Empieza ahora tu legado en ileave