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Cómo hablar con los niños sobre la muerte.

La muerte es un concepto muy complejo y difícil de abordar, lo que puede deberse a diversos motivos. Es un tema tabú, un misterio que genera miedo, y del cual solo comprendemos nuestro dolor cuando un ser querido fallece, sin tener certeza de lo que ocurre después. Este dolor y miedo pueden influir en la manera en que hablamos, o evitamos hablar, sobre la muerte con nuestros hijos, con la intención de protegerlos del sufrimiento. Sin embargo, la muerte es una parte inevitable de la vida y es necesario explicar a los niños en qué consiste. La curiosidad infantil a menudo nos enfrenta a preguntas para las que no siempre tenemos respuestas claras, lo que dificulta abordar el tema de manera adecuada.

Hablar sobre la muerte con los hijos es crucial para reducir la confusión y la angustia que pueden experimentar ante la pérdida de un ser querido o frente a una enfermedad terminal en la familia. Este diálogo promueve la comprensión y la expresión de temores y emociones de una manera más funcional y sana.

¿Por qué debes hablar sobre la muerte con tus hijos?

Naturaleza infantil:

    1. Los niños crean teorías sobre el nacimiento y la muerte sin información explícita.
    2. Las fantasías infantiles pueden ser más angustiosas que la realidad.

Importancia de la comunicación:

    1. No dejar al niño solo con sus fantasías.
    2. Responder a sus preguntas con sinceridad y acorde a su edad.
    3. Explicar la causa física de la muerte para evitar teorías angustiosas.
    4. Asegurarle que no tuvo ninguna culpa en la muerte.

¿Cómo podemos hablar con los niños sobre la muerte?

Es crucial adaptarse a la edad, capacidad cognitiva y emocional del niño o niña, ya que la comprensión e impacto del concepto de la muerte varía según la edad. El objetivo debe ser que comprendan que la muerte es definitiva, irreversible y universal. Sin embargo, esta comprensión puede ser difícil antes de los 5 años.

 Reacciones según la edad:

0 a 2 años:

  • No comprenden la muerte.
  • Sienten la ausencia de personas que cuidan de ellos.
  • Perciben las emociones que estas pérdidas generan en los adultos.
  • Pueden presentar rabietas, regresiones a etapas anteriores, lloros, etc.

En esta etapa, es importante seguir proporcionando el cariño necesario al niño y mantener las rutinas para transmitir seguridad y calma. Se puede explicar la pérdida en un tono suave y calmado si el niño pregunta por nuestra tristeza.

3 a 6 años:

  • Ven la muerte como algo temporal y reversible.
  • Pueden creer que es contagiosa o sentirse responsables.
  • Pueden negar la realidad, lo cual no significa que no la hayan entendido.

Es beneficioso usar un lenguaje claro, conciso y real para ayudarles a entender que la muerte es irreversible, estando abiertos a responder sus preguntas.

6 a 10 años:

  • Tienen mayor consciencia y comprensión de la muerte.
  • Frecuentes miedos a la muerte propia y de familiares.
  • Pueden experimentar sentimientos de culpa.
  • Muestran curiosidad por los ritos y lo que ocurre después de la muerte.

A esta edad, ya comprenden las implicaciones de la muerte. Es útil permitir que participen en los rituales funerarios y responder a sus preguntas con honestidad, proporcionando apoyo emocional continuo.

10 a 13 años:

  • Comprenden plenamente la muerte y su impacto.
  • Pueden mostrar bloqueo emocional e irritabilidad.
  • Tienen dificultad para hablar sobre sus sentimientos y pensamientos.

Es importante mostrar serenidad y confianza, compartir nuestras emociones y facilitar la expresión emocional. Los adultos deben servir de modelos de gestión emocional y, si es necesario, buscar la ayuda de un profesional. También es positivo que participen en los rituales para despedirse del fallecido.

 

Pautas generales para hablar sobre la muerte con los niños:

  1. Transmitir calma y seguridad.
  2. Proporcionar respuestas coherentes y reales sobre la muerte, evitando frases confusas como «se ha ido de viaje» o «se ha dormido para siempre».
  3. Ajustar el lenguaje y las explicaciones a la edad y capacidad de comprensión del niño.
  4. Asegurar que no son responsables de la muerte.
  5. Permitir y responder a sus dudas de manera clara y calmada.
  6. Practicar la escucha activa y fomentar la expresión emocional.
  7. Mostrar nuestras propias emociones y cómo las gestionamos.
  8. Presentar afecto y cariño en todo momento.
  9. Fomentar actividades que permitan la expresión emociona l(dibujos, cartas, etc.) y recordar a la persona fallecida.

 

Uso de libros infantiles

El uso de libros infantiles especializados puede ser una herramienta valiosa para abordar el tema de la muerte con los niños. Estos libros están diseñados para explicar conceptos complejos de una manera que los niños pueden entender, utilizando historias y personajes con los que pueden identificarse. Incluir la lectura de estos libros como parte de la conversación puede facilitar la comprensión y el diálogo, haciendo que el proceso sea más accesible y menos aterrador para los niños.

Estos son algunos de los libros recomendados:

“Para siempre” de Camino Gracía

“Soy la Muerte” de Elisabeth Helland Larsen y Marine Schneider

“El corazón y la botella” de Oliver Jeffers

“El Hilo invisible” de Miriam Tirado

“El Árbol de los recuerdos” de Britta Teckentrup

Podras escucharlos si eres usuario de ileave en la seccion de recursos.

 

Maite Sofia Arboledas Cabeza (Psicologa)

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